Sí, por fin, ya ha llegado el día en el que podemos gritar: ¡vacaciones!
No os he oído nada, a ver si ahora...
¡VACACIONES!
Mucho mejor, chicos. Este sé que ha sido un año largo, duro en algunos aspectos, el horrible latín y su pesado profesor os han aburrido y os han cargado de ejercicios. Seguro que aún resuenan en vuestros oídos:
"Prueba de morfología... y de traducción, la preposición más un sintagma nominal funcionan como complemento circunstancial, la conjunción es nexo, si no te sabes las funciones de los casos como esperas aprobar, zas en "to" la boca, uno sssssss (esto último es de lo más tonto que habéis hecho), nomen, nomen... (las implicadas saben cómo sigue) y mucho más".
Hemos compartido muchas horas, quizá demasiadas. Con algunos no tuve suficiente y decidí pastorearlos, digo acompañarlos, a su viaje de fin de curso. Espero que hayáis disfrutado al menos algún día en clase y, sobre todo, que hayáis aprendido a valorar un poco el latín, a los romanos y todo eso de lo que el profe habla y que tan poco os interesa (sé que a algunos sí). Por mi parte, yo he disfrutado mucho este año (con algunos no, me habéis dado demasiado trabajo y dolores de cabeza -no os guardo rencor-), he aprendido cómo mejorar como profesor y solo espero que al finalizar este curso vosotros seáis mejores personas y que la mochila de vuestros conocimientos sea más amplia.
Un abrazo a todos.
P.D.: no me puedo olvidar de los que aún tendrán que trabajar en verano, solo recordad que vosotros podéis.